Sobre Chile, mezclando historia, cultura, gastronomía y ciudades.
Chile: un país largo y lleno de sorpresas
Me llamo Valeria y soy una estudiante de español. Hace unos meses visité Chile, un país muy largo y estrecho en el sur de América. Desde el norte con desiertos hasta el sur con glaciares, Chile me sorprendió en cada paso del camino.

De norte a sur
Empecé mi viaje en el norte de Chile, en el desierto de Atacama, uno de los más secos del mundo. El paisaje era como de otro planeta, con volcanes, salares y lagunas de colores. De noche, el cielo estaba lleno de estrellas. Muchas personas van allí para observar el cielo con telescopios.
Después volé a Santiago, la capital del país. Es una ciudad moderna, rodeada de montañas. En el centro vi el Palacio de La Moneda, el Cerro Santa Lucía y el mercado central. La ciudad mezcla tradición con modernidad.
En el sur, visité la región de los lagos y los bosques. Todo era muy verde. Me encantó la ciudad de Puerto Varas, con casas de estilo alemán y una gran vista del volcán Osorno. Más al sur, en la Patagonia, vi glaciares, montañas nevadas y animales como guanacos y cóndores.
La cultura chilena
Los chilenos son amables, tranquilos y con mucho sentido del humor. Usan muchas palabras informales, como po (por ejemplo, “sí, po”) y bacán (que significa genial). Me costó entender al principio, pero todos fueron pacientes conmigo.
Una parte muy especial de la cultura es la cueca, el baile nacional. Se baila en parejas, con pañuelos, y representa el cortejo entre un hombre y una mujer. Lo vi durante una fiesta en septiembre, el mes de la Fiestas Patrias, donde hay música, comida, juegos y muchas banderas.
La comida chilena
En Chile probé platos deliciosos. Uno de mis favoritos fue el pastel de choclo, hecho con maíz molido, carne, huevo y aceitunas. También me gustó la empanada de pino, con carne, cebolla, huevo duro y pasas.
En la costa, comí ceviche de pescado fresco y mariscos como locos, machas y camarones. En el puerto de Valparaíso, una ciudad con casas de colores, subí cerros en ascensores antiguos y comí pescado mirando el mar.
Para beber, tomé mote con huesillo, una bebida dulce con duraznos secos y trigo cocido. También probé vinos chilenos, famosos en todo el mundo.
Un país que nunca se olvida
Chile es un país de contrastes: desiertos, montañas, playas y bosques. Pero también es un país con identidad, historia y cultura fuerte.

Chile es un país con identidad, historia y cultura fuerte.